Olía a gran partido, a cita grande, de ésas que se esperan con interés antes de un Mundial. En el estadio municipal de Covilha se daban cita dos selecciones importantes, con grandes estrellas. Por un lado, Portugal se presentaba con todo: su capitán, Cristiano, a la cabeza, escudado por los Simao, Nani, Carvalho, Deco y compañía. Por su parte, el conjunto camerunés presentaba las bazas de Emaná o Webó, y, por supuesto, a su gran estrella Samuel Eto'o.
Y fue precisamente Eto'o el que se convirtió en el verdadero protagonista del partido con una acción absurda, que sirvió para empañar y estropear un partido que podría haber servido de serio test para las dos selecciones. Corría el minuto 32 cuando un centro de Simao fue rematado por Raul Meireles. El balón acabó en las redes de Kameni y el león indomable, montó en cólera. Corrió a protestar al árbitro y éste no tuvo más remedio que mostrarle cartulina amarilla. Sólo un minuto después, Eto'o, aún enrabietado por la acción anterior, le propinó una patada a Duda cuando el balón ni siquiera estaba de por medio. Tarjeta roja para el del Inter y ensayo arruinado.
Después de la expulsión, Portugal tuvo ante sí a un rival descabezado. Meireles aumentó la ventaja nada más salir de los vestuarios. Webó en el 69 trajo ilusión de nuevo al equipo africano, pero Nani, con una espectacular vaselina, cerró el marcador con el 3-1 final en el minuto 80.
Pero, ¿qué es lo que podemos sacar en claro de este test? Lo primero es que Portugal no acaba de convencer. A este equipo parece que le cuesta arrancar; ya no es sólo que le falte gol, es que también le falta juego, lo que es más preocupante. Ante la falta de un 9 de garantías, es Cristiano quien juega en la punta de ataque y así Portugal pierde verticalidad. Deco no es ni la sombra de aquel que ganó la Champions con el Oporto y que deslumbró en el Barça. Portugal es un equipo sin un cerebro, algo que acusa su juego.
Camerún, por su parte, apenas se mostró ayer. A los africanos les falló el físico al final del partido. Hay que destacar el papel de algunos jugadores como Assou-Ekotto, pero sobre todo llama la atención el papel de Eto'o. Por el bien del fútbol esperemos que deje a un lado su pelea con Roger Milla y se encargue de ser el killer que necesita su selección. Ya van a faltar demasiadas estrellas en Sudáfrica como para quedarnos ahora sin uno de los mejores delanteros del mundo.
Y fue precisamente Eto'o el que se convirtió en el verdadero protagonista del partido con una acción absurda, que sirvió para empañar y estropear un partido que podría haber servido de serio test para las dos selecciones. Corría el minuto 32 cuando un centro de Simao fue rematado por Raul Meireles. El balón acabó en las redes de Kameni y el león indomable, montó en cólera. Corrió a protestar al árbitro y éste no tuvo más remedio que mostrarle cartulina amarilla. Sólo un minuto después, Eto'o, aún enrabietado por la acción anterior, le propinó una patada a Duda cuando el balón ni siquiera estaba de por medio. Tarjeta roja para el del Inter y ensayo arruinado.
Después de la expulsión, Portugal tuvo ante sí a un rival descabezado. Meireles aumentó la ventaja nada más salir de los vestuarios. Webó en el 69 trajo ilusión de nuevo al equipo africano, pero Nani, con una espectacular vaselina, cerró el marcador con el 3-1 final en el minuto 80.
Pero, ¿qué es lo que podemos sacar en claro de este test? Lo primero es que Portugal no acaba de convencer. A este equipo parece que le cuesta arrancar; ya no es sólo que le falte gol, es que también le falta juego, lo que es más preocupante. Ante la falta de un 9 de garantías, es Cristiano quien juega en la punta de ataque y así Portugal pierde verticalidad. Deco no es ni la sombra de aquel que ganó la Champions con el Oporto y que deslumbró en el Barça. Portugal es un equipo sin un cerebro, algo que acusa su juego.
Camerún, por su parte, apenas se mostró ayer. A los africanos les falló el físico al final del partido. Hay que destacar el papel de algunos jugadores como Assou-Ekotto, pero sobre todo llama la atención el papel de Eto'o. Por el bien del fútbol esperemos que deje a un lado su pelea con Roger Milla y se encargue de ser el killer que necesita su selección. Ya van a faltar demasiadas estrellas en Sudáfrica como para quedarnos ahora sin uno de los mejores delanteros del mundo.
